En los próximos años, la lucha contra el cambio climático se vuelve cada vez más crucial y el éxito dependerá en gran medida de nuestra capacidad para reducir la huella de carbono. Además, el encarecimiento de la energía plantea desafíos económicos a corto plazo. En este contexto, las redes inteligentes desempeñan un papel fundamental al facilitar la gestión eficiente de la electricidad y utilizar tecnología informática para optimizar la producción y distribución de la energía. Nuestro objetivo es contribuir a la eficiencia energética, equilibrar la oferta y la demanda, y promover la participación activa de los consumidores en la gestión de la energía.​

Estas redes permiten equilibrar la oferta y la demanda de electricidad entre productores y consumidores. A través de la implementación de tecnologías avanzadas, como sensores inteligentes y sistemas de comunicación, podemos recopilar datos en tiempo real sobre la producción y consumo de electricidad. Estos datos nos permiten tomar decisiones informadas para asegurar que la energía se distribuya de manera eficiente y se eviten los desperdicios.​

Además, las redes inteligentes también promueven la participación activa de los consumidores. Mediante la implementación de medidores inteligentes y sistemas de control de energía en los hogares y las empresas, los usuarios pueden monitorear y optimizar su consumo energético. Esto no solo les permite ahorrar dinero en sus facturas de energía, sino que también contribuye a la reducción del consumo global y a la sostenibilidad ambiental.